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Rodrigo Castillo: “Necesitamos un sistema de transmisión robusto, de largo plazo y que incentive la competencia”

RC EL MERCURIO

Opina que el estado debe intervenir en la determinación de los trazados, especialmente en los troncales, porque se trata de un servicio público, no de un mero proyecto lucrativo para un privado.  

Los anunciados cambios en la normativa sobre transmisión eléctrica, la implementación de la recién despachada ley de licitaciones eléctricas y los cambios en materia de eficiencia energética serán los tres grandes temas 2015 para Empresas Eléctricas AG, resume su director ejecutivo, Rodrigo Castillo.

“Este año será particularmente desafiante tanto en transmisión como en distribución, las dos industrias que representamos”. En distribución, los dos grandes desafíos son la implementación de la ley de licitaciones eléctricas recién aprobada por el Congreso y la nueva normativa para la promoción de la eficiencia energética que el Gobierno se comprometió a enviar al Congreso este año.

En el mundo de la transmisión, agrega, no solamente porque habrá que hacer un gran esfuerzo para construir varias de las líneas que están pendientes, entre ellas, probablemente la línea de interconexión SING-SIC, “sino también porque el Gobierno ya comenzó la discusión sobre una reforma bastante más profunda a la normativa de transmisión”.

Respecto de la norma en estudio, añade que como asociación, estiman que hay tres aspectos fundamentales que deben considerarse: la robustez y seguridad del sistema; la mirada de largo plazo que implique mejorar la competencia en el sector energético, y la necesaria intervención del Estado en el diseño de los trazados.

Sobre la robustez del sistema, opina que “Chile, por mucho tiempo, ha estado por debajo de los estándares internacionales. Definitivamente, necesitamos mejorar en este aspecto. Hoy tomamos decisiones para hacer el sistema de transmisión lo más barato posible, lo que no necesariamente significa que la cuenta final para el cliente, en su casa, vaya a ser más baja”.

Agrega que, por el contrario, ahorrar en transmisión sale más caro. “Diseñar sistemas que se quedan cortos produce una congestión, como ocurre ahora que tenemos la posibilidad de generar con recursos en el sur, pero no podemos trasladar la energía hasta el sistema norte-centro, con lo cual terminamos generando con otros combustibles, encareciendo enormemente los costos del sistema en general, simplemente por no haber tenido la previsión de hacer un sistema de transmisión más holgado en su momento”, señala.

El segundo tema es que hoy día la transmisión va corriendo por detrás de la generación. “Ello implica que muchos proyectos de generación no se desarrollan si no tienen la certeza de que van a poder contar con la transmisión necesaria para evacuar la energía. Eso, evidentemente, atenta contra la competencia”, argumenta. Por lo tanto, este segundo desafío es lograr que la transmisión sea un factor que promueva la competencia, de manera de dar una señal a los futuros generadores para que se atrevan a invertir.

Así, ejemplifica, “si en una zona geográfica hay potencial de generación de un cierto recurso y hay que decidir de qué tamaño será la red, puedes tomar dos decisiones. O la construyes pensada solo en los proyectos que ya se sabe con certeza que se van a instalar allí, o bien un poco más grande, considerando los potenciales generadores que se van a desarrollar una vez que la línea de transmisión exista. Eso te permite que en el tiempo, la línea de transmisión esté dando una señal a los generadores respecto de la existencia de posibilidades de transmisión y, por lo tanto, se incentiven la competencia y la construcción de proyectos más eficientes”.

El tercer desafío para una nueva normativa, y quizás el más complejo, tiene que ver con la relación con el entorno, el territorio y las comunidades. “Hoy día, con el actual sistema, son los privados que construyen las líneas quienes tienen que buscar, primero, cuál es la ruta óptima para juntar dos puntos eléctricos. Son ellos quienes tienen la necesidad de relacionarse directamente con las comunidades y los dueños de los terrenos por donde va a pasar la línea, sin que haya una intervención pública suficientemente robusta. Eso genera, por ejemplo, que el privado termina esquivando los puntos de mayor conflicto (no solo ambientales, sino, por ejemplo, alto costo) y, por lo tanto, el trazado termina siendo subóptimo, desde el punto de vista económico y ambiental”.

“Nosotros creemos que la determinación de los trazados requiere una intervención de política pública. Que el Estado participe en esa determinación y, por lo tanto, que colabore en la relación con las comunidades. Esto pasa por entender que los sistemas de transmisión troncales especialmente son un servicio público indispensable para la estabilidad del sistema eléctrico, que no son simplemente un lucrativo proyecto para un privado”.

Eficiencia energética y transmisión

En el marco de la nueva normativa en estudio, para el sistema de transmisión representa un gran desafío colaborar con los  esfuerzos de eficiencia energética y de promoción de las energías renovables en sí mismas. “Se requiere un nivel de modernización de los sistemas de despacho y distribución modernos, que realmente hacen la diferencia entre un país en vías de desarrollo y otro desarrollado”.

Explica que, por ejemplo, si la generación corresponde a energías intermitentes (sol, viento), es perfectamente posible hacer un despacho costo/efectivo, si se cuenta con sistemas inteligentes para compensar las intermitencias. De no ser así, las ERNC terminarían siendo un problema. “Es indispensable hacer estos cambios en el corto plazo, porque, entre otros, tenemos un compromiso país de tener un 20% de ERNC al año 2025”.

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