El director ejecutivo de Empresas Eléctricas advierte que existe el riesgo de que la solución venga por revisar la regulación.
“Creemos que el objetivo del gobierno al cambiar el plazo es instar a las generadoras a tomar decisiones lo más pronto posible, que sean capaces de producir más energía con la infraestructura actual y se hagan cargo en la mayor medida posible de los aumentos de demanda y de los requerimientos del mundo regulado”.
Con estas palabras Rodrigo Castillo, director ejecutivo de Empresas Eléctricas A.G., gremio que agrupa a las distribuidoras, se refiere a la decisión del gobierno de retrasar el plazo de entrega de ofertas en una de las licitaciones de suministro que mantiene vigentes.
Castillo asegura que entienden esta decisión como un “esfuerzo de buena fe por parte de la autoridad, para mejorar las expectativas de cubrir la demanda en un escenario que es estructuralmente adverso”, por la imposibilidad para construir nuevas centrales y las restricciones en la capacidad de transmisión. Sin embargo, añade que cada vez que se modifica este calendario se eleva el peligro de que las distribuidoras no sean capaces de cubrir la demanda de los clientes regulados.
Dice que aunque las distribuidoras diseñan las bases de licitación, es la autoridad la que fija todos los elementos. “En forma habitual la Comisión Nacional de Energía (CNE) nos ha instruido a hacer modificaciones”, dijo.
Aclara que una de las razones por las que estas subastas no resultarían atractivas para las generadoras, es que este sistema no está preparado para operar en un mercado desadaptado por la falta de oferta de generación y en el cual el costo alternativo de abastecer a un cliente libre es mucho más atractivo que servir un contrato a precio regulado, que aunque es alto, porque refleja en parte este desajuste, en comparación es menor.
Advierte que “tenemos que agotar todas las posibilidades para resolver esto con reglas de mercado, porque es lo que menos distorsiones produce. La generación tiene que acompañarnos en esto porque es indudable que los chilenos no pueden quedarse sin energía. Si no logramos asegurar ese suministro en condiciones de mercado, seguramente la conversación que tendremos a continuación será respecto de las reglas de regulación”, dice refiriéndose a la posibilidad de volver a un esquema de precios fijados por la autoridad.
