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Rodrigo Castillo: “el compromiso del Gobierno fue el colaborar en revertir la tendencia alcista en el precio de los contratos licitados, logrando una rebaja del 25% desde los casi US$130 logrados en la última licitación de la administración anterior”.

Actores del sector coinciden en que el ingreso de las ERNC solo podría disminuir las cuentas de la electricidad en un mediano plazo, mientras que –por ahora- la tendencia es que los costos seguirán al alza.

No hay otra opinión cuando se dice que el precio de la electricidad en Chile es uno de los más caros de la región. Según un estudio del Foro Económico Mundial, entre 124 países, Chile se ubica en el lugar número 13 entre los países con precios más caros, con un costo que bordea los US$150 el MWh, y en Latinoamérica solo es superado por República Dominicana con US$210 el MWh, y Brasil y El Salvador, donde el MWh vale US$160.

El ministro de Energía, Máximo Pacheco, ha reiterado en varias ocasiones que ante el retroceso en materia de inversiones que afectó al sector hasta 2014, las cuentas de luz se han incrementado en un 30% en los últimos cinco años, problema que ha afectado tanto a personas como a la competitividad de las empresas, es por eso que uno de los ejes de la Agenda de Energía del Gobierno era precisamente reducir los precios de la energía con mayor competencia y diversificación.

Rodrigo Castillo, director ejecutivo de la Asociación de Empresas Eléctricas, explica que el compromiso del Gobierno “fue el colaborar en revertir la tendencia alcista en el precio de los contratos licitados, logrando una rebaja del 25% desde los casi US$130 logrados en la última licitación de la administración anterior”. Agrega que “este efecto sí se ha ido logrando, el precio de la última licitación fue de US$107 y esperamos llegar a un monto cercano a los US$100 en las siguientes”.

ERNC

Para lograr esta reducción en los precios, el Gobierno se planteó potenciar las Energías Renovables No Convencionales (ERNC), comprometiéndose a aumentar la participación de este tipo de energías para que en 2025 alcanzaran el 20% de la matriz eléctrica del país. Según el Gobierno, a la fecha esa cifra ya ha alcanzado el 11,7%, y se observan buenas perspectivas a futuro.

Para Carlos Finat, director ejecutivo de la Asociación Chilena de Energías Renovables (Acera), el ingreso de las ERNC a la matriz beneficiará a los consumidores sólo en el largo plazo. “En las últimas licitaciones el aspecto de competencia fue clave al abrirse el mercado a las ERNC. Según nuestras estimaciones en Acera esos contratos, que tienen una duración de 15 años, pueden significar un ahorro de US$360 millones para el consumidor final”, sostuvo.

Por su parte, Alfredo Solar, gerente general de la generadora ERNC SunEdison, explica que con la arremetida de las ERNC la cuenta de la luz bajará en un mediano y largo plazo. “Nuestras plantas ya están inyectando energía solar al sistema, pero los procesos de licitación se implementan en el tiempo y la energía que viene proveniente de estas fuentes solares se va mezclando con la de otras plantas de energía en Chile”, comentó, agregando que “al final la cuenta que ven los clientes en la casa es un promedio del costo de toda la energía y esto va a contribuir indudablemente a que las cuentas bajen en el mediano y largo plazo”.

Francisco Aguirre Leo, socio de Electroconsultores, coincide en que los precios de la electricidad descenderían en el largo plazo con el ingreso de las ERNC, aunque precisó que este proceso se debe concretar con energías eficientes o de base. “Hay tecnologías renovables que son muy eficientes y son muy baratas pero a las horas en que producen. Chile también necesita desarrollar proyectos de base, o aquellos proyectos de producción continua, como los termoeléctricos, por ejemplo, que en la medida en que haya economías de escala pueden hacer que los suministros sean más baratos”.

En el gremio de las generadoras, en tanto, comentan que la entrada de ERNC, dado los bajos costos de generación que ellos significan, mejoran la situación de suministro sólo parcialmente, “pero este ingreso ha sido básicamente con tecnologías de tipo solar fotovoltaica y eólicos cuya característica de intermitencia y variabilidad provoca otros impactos en el resto del sistema que hace que, eventualmente, los costos de abastecimiento sean mayores en aquellos periodos de tiempo donde, por su intermitencia, no hay aporte de generación de estas fuentes encareciéndose el suministro total”.

Interconexión

Según datos de la Comisión Nacional de Energía (CNE), la obra de interconexión a cargo de E-CL, ya en construcción, que conectará Mejillones y Copiapó, y que cuenta con una inversión de US$1.000 millones, traerá beneficios al país del orden los US$1.100 millones, por la disminución de los costos del sistema eléctrico y sería clave en una proyección a la baja de los precios asociados a una mayor competencia y disminución de riesgos en el mercado.

En concreto, en los hogares del norte grande, la baja sería de US$13 el MWh, y en la zona centro sur, hasta Chiloé, de US$3 el MWh. En el caso de los clientes libres (industrias), se estima una baja de US$17 el MWh en el norte grande y de US$9 el MWh en la zona centro sur del país.

En el gremio de las generadoras sostienen que según estimaciones oficiales, “entre mayo 2015 y enero 2018, fecha que se considera como inicio de la interconexión, de los 1.750 MW que entrarían en operación en ese periodo, sólo un 15% corresponde a generación con tecnología de base, el resto es básicamente solar fotovoltaico, eólico y mini hidro, con las aprensiones indicadas por la intermitencia y variabilidad que caracteriza a las dos primeras”.

Agregan que “la nueva generación de base indicada que ingresaría en este periodo, no es suficiente para la necesidad de la demanda, puesto que se estima que anualmente se requeriría del orden de 350 MW a 400 MW de nueva capacidad eficiente para mantener el suministro con niveles apropiados de costos y precios”.

Tarifas al Alza

Castillo, en tanto, advierte que “es muy importante señalar que, a pesar de revertirse la tendencia alcista en el precio de los contratos licitados, como estos se promedian con todos los demás contratos, este efecto positivo solo implica el que no habrá en los años próximos alzas de hasta el 40% en los costos de energía, pero por desgracia las tarifas sí seguirán al alza”.

Desde las generadoras acotan que la última licitación “se realizó para bloques de suministro con inicio a partir del 2016, por lo que el efecto se debiera observar a partir de ese año en adelante”, agregan que “sin embargo, en los próximos años se vencerán los contratos de suministro que se obtuvieron en las primeras licitaciones a precios muy por debajo de los obtenidos en las últimas (al menos un 30%), con lo que se estima que el precio final a clientes regulados deberá subir (se reemplazan contratos baratos por contratos más caros)”.

Afirman que solo con reducciones mayores de precio en licitaciones futuras se podría esperar reducciones en la tarifa residencial respecto a la actual.

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Prensa

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