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Redes Inteligentes para una Energía Eficiente

Cuando miramos en nuestro pasado reciente, seguramente nos sorprende aún la rápida evolución que ha tenido la tecnología en nuestras vidas. El tránsito desde el viejo -pero no tan antiguo- teléfono negro con una pequeña rueda, hasta los Smart Phones de las más diversas clases, formas y prestaciones, se ha dado en el curso de un par de generaciones. Cualquier ingeniero con algunas canas recordará anecdóticamente cuando las computadoras ocupaban una sala completa, y su capacidad de procesamiento era inferior al más básico de los objetos tecnológicos actuales.

En Energía, este tránsito, esta revolución tecnológica está comenzando. Probablemente de una manera más lenta y menos ruidosa. Con un paso algo más pausado. Pero ya está aquí.

Del mismo modo como hoy a nadie se le ocurre fabricar automóviles con los niveles de consumo usuales en los años 70´s u 80´s, hoy la tecnología energética tiende a la eficiencia en el uso de los recursos de manera cada vez más decidida.

Sin embargo, esta revolución hacia una energía más inteligente no se queda sólo en equipos de menor consumo. También trae de la mano la adopción de muchos de los progresos en las comunicaciones y la informática, de manera que la relación entre los clientes y sus sistemas eléctricos poco a poco mute desde un proceso enteramente unidireccional hacia otro en que se permite la interacción entre el ser humano y los artefactos, entre el ser humano y su hogar, y entre personas y empresas.

La inteligencia en las redes es un mundo lleno de alternativas. Desde medidores que permiten gestionar el valor de la energía de acuerdo al horario en que se utiliza, hasta la posibilidad de operar remotamente los artefactos eléctricos, conocer el consumo puntual de cada uno de ellos, o gestionar la temperatura óptima del hogar de acuerdo a nuestros gustos versus el costo de la energía.

En el mundo, estas experiencias ya son una realidad desde hace bastantes años y están colaborando en algunos de los principales desafíos de nuestro planeta. ¿Cómo aprovechar las baterías de los autos eléctricos para que nos sirvan como un respaldo virtual que haga más fácil la incorporación de tecnologías renovables? ¿Cómo coordinar el horario de funcionamiento de los motores de pequeñas industrias o incluso de las piscinas de los hogares, de manera que estos no se concentren en las mismas horas del día, estresando el sistema? ¿Cómo detectar fallas en las redes de distribución o transmisión eléctrica en forma remota, y hasta corregir algunas averías sin necesidad de enviar personal a terreno?

Estas y otras preguntas han sido contestadas en el mundo bajo el concepto de Redes Inteligentes. Las redes del futuro para una energía más eficiente.

Sin embargo, como todo progreso tecnológico, éste tiene sentido cuando es realmente útil para las personas, y para que esto sea posible, es fundamental que todos sepamos más acerca de cómo funcionan las redes eléctricas, de manera tal de poder colaborar, cada uno de nosotros, como usuarios, para que la energía que el país produce, transmite y distribuye sea la más amigable con nuestro ambiente y comunidades.

Ese es el esfuerzo que la industria eléctrica de Chile, transmisores y distribuidores de energía, estamos haciendo a la hora de comenzar con pruebas, pilotos y experiencias pioneras en inteligencia de redes, siempre de la mano con la imprescindible responsabilidad de educar e informar a la comunidad.
Ese es nuestro objetivo. Avanzar hacia un país en que somos capaces de hacer más con menos. En el que somos conscientes de la escasez de nuestros recursos y la necesidad de cuidarlos, con el apoyo de las tecnologías, pero siempre mirando a las personas que de ella se benefician y trabajando para ellas.

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Prensa

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