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Rodrigo Castillo: “Las distribuidoras están preparadas para hacerse cargo de los cambios al sector”

El director ejecutivo de Empresas Eléctricas A.G. señala a Revista ELECTRICIDAD que están entusiasmados con la reforma al marco regulatorio del segmento, que contempla la incorporación de nuevas tecnologías y modificaciones al esquema tarifario y al modelo de negocios de la industria.

La música es una de las grandes pasiones de Rodrigo Castillo, director ejecutivo de Empresas Eléctricas A.G., el gremio que agrupa a las compañías distribuidoras y de transmisión. “Meterme en los equipos de audio y en los vinilos es uno de mis hobbies importantes y escucho la trova latinoamericana, el jazz cantado y el pop de los años setenta y ochenta”, sostiene.

Al ritmo musical el ejecutivo le agrega el laboral pues parte de su agenda se enfoca a los talleres público-privado para reformar el marco regulatorio de la distribución, donde a fin de año el gobierno espera tener listo un ante proyecto de ley sobre el tema, en que se plasme la incorporación de nuevas tecnologías, esquemas tarifarios y modelos de negocio para el sector.

¿Cuál es el diagnóstico de Empresas Eléctricas A.G. respecto a los cambios en el segmento?
El diagnóstico que se debe hacer respecto a la evolución de la industria de la distribución en los últimos años es positivo, pero el mundo está cambiando en materia tecnológica en forma muy rápida. Ahora tenemos el desarrollo de energías renovables, la generación distribuida en múltiples puntos, formas de almacenamiento, la electromovilidad y la irrupción de redes inteligentes, lo que implica que la regulación actual tenga nuevos desafíos y oportunidades.

¿Cuáles son esos nuevos retos?
Tienen que ver con cómo nos hacemos cargo de la intermitencia de las energías renovables y qué vamos a hacer para respaldar el sistema en aquellos momentos en que la energía no se está generando a través de estas tecnologías. Si a eso le agregamos el aumento en la cantidad de puntos de inyección de energía en las redes de distribución, también tenemos oportunidades y desafíos porque las redes están pensadas para flujos unidireccionales y no bidireccionales.

¿De qué forma se harán cargo de estos temas?
Por una parte se están haciendo más inversiones en infraestructura para poder aumentar la demanda o la capacidad de llevar la energía de un punto a otro de manera más flexible y, con toda certeza, eso va a tener que ocurrir. Por otra parte, por el hecho de tener recursos más distribuidos y la capacidad de almacenar energía e interactuar con los clientes de forma instantánea e inteligente, no habría que hacer todas esas inversiones, utilizando estos recursos de almacenamiento distribuido para cubrir las demandas que hagan falta en momentos muy puntuales en el sistema.

¿Puede ejemplificar con un caso concreto en esta materia?
Vemos la capacidad de poder aprovechar la forma de consumir energía de los clientes en beneficio del sistema por la vía de redes inteligentes que permiten la coordinación del consumo. Por ejemplo, si se tuviera la posibilidad de controlar los sistemas de aire acondicionado de 100 edificios, a partir de una distribuidora o de un tercero que se hiciera cargo de utilizar la capacidad de encender y apagar esos sistemas coordinadamente, se podría tener la oportunidad de no invertir en nuevas centrales de generación ni en baterías, sino que se tendría virtualmente una capacidad de almacenamiento que sirva de respaldo para el sistema.

¿En qué pie está la industria de la distribución para recibir estos cambios tecnológicos y regulatorios?
Estamos muy entusiasmados. Hemos viajado viendo lo que pasa en otros países y uno se da cuenta que se está pensando en estos al igual que nosotros. Las empresas distribuidoras están preparadas para hacerse cargo de los cambios al sector y sus desafíos, desde el punto de vista de la capacidad de gestión y de inversión. Hemos iniciado una discusión participativa con el Gobierno, la academia y otros actores para esta reforma, donde están confluyendo las voluntades para modernizar nuestra regulación.

¿Cuáles son los principios que deberían animar a los cambios en el esquema tarifario del sector?
Lo primero es que deben estar en función de las políticas públicas. Hay elementos básicos que deben estar presente como la eficiencia, un equilibrio entre las decisiones privadas y la intervención del Estado, la entrega de una mayor calidad de servicio con más flexibilidad para dar libertad de gestión a los clientes al menor costo posible.

¿Y cuál es el principal desafío que advierten para las distribuidoras?
Se debe pensar en cómo cambiar el cobro volumétrico demandado −donde el costo de la red para los clientes se hace con una suerte de subsidio cruzado entre los menores y mayores consumos para que los primeros paguen menos por el costo de la red− porque las nuevas tecnologías de generación distribuida y almacenamiento serán adoptadas por los mayores consumos, por lo que usarán menos la red, dejando de subsidiar a los de menor consumo, lo que genera el “espiral de la muerte” de la generación distribuida. Por eso se debe ver un esquema que se haga cargo de este problema, avanzando hacia un cobro por las redes que se parezca más a la realidad de los costos, pero además que sea con una transición para no eliminar inmediatamente el subsidio cruzado.

Fuente: Revista Electricidad

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Prensa

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